Apagón en España: Todo lo que debes saber

Introducción

El pasado 28 de abril de 2025, millones de ciudadanos en toda España vivieron uno de los eventos más inesperados y alarmantes de los últimos tiempos: un apagón masivo que paralizó por completo la vida cotidiana de todo el país.

Lo que parecía ser un corte puntual terminó siendo una catástrofe eléctrica sin precedentes que dejó a toda la península sin suministro eléctrico durante horas y que incluso afectó a las comunicaciones en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, a pesar de que contaban con autonomía energética.

En esta página te explicamos todo lo ocurrido, cómo afectó a cada región y qué podemos aprender como país para estar preparados si algo similar vuelve a ocurrir.

¿Qué ocurrió exactamente?

A las 12:30 del mediodía, comenzaron a reportarse cortes de luz en toda España. Lo que parecía un simple fallo local se convirtió rápidamente en una desconexión generalizada de la red eléctrica nacional.

  • En apenas minutos, la península quedó completamente a oscuras. Hogares sin luz ni agua caliente, sin posibilidad de cocinar o refrigerar alimentos.
  • Los transportes públicos como trenes y metros se detuvieron bruscamente, dejando a miles de personas atrapadas en sus trayectos habituales.
  • La red de telecomunicaciones colapsó, y con ello la posibilidad de hacer llamadas, enviar mensajes o acceder a internet.
  • En muchas zonas, especialmente en áreas rurales, la incomunicación fue total.

Por suerte, la gran mayoría de hospitales contaban con generadores eléctricos, lo que permitió mantener operativas las unidades críticas y proteger la vida de las personas hospitalizadas.

  • En el caso de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, aunque el apagón no afectó al suministro eléctrico gracias a su autonomía energética, sí sufrieron una caída casi total de las comunicaciones, lo que les impidió contactar con el resto del país o seguir lo que estaba ocurriendo.

Durante horas, la única vía de información disponible en muchas zonas fue la radio, que se convirtió en el medio esencial para millones de ciudadanos. Mientras tanto, los teléfonos móviles eran prácticamente inútiles: sin red, sin datos, sin cobertura.

Un apagón sin precedentes

Este apagón no fue solo un problema técnico. Fue una desconexión súbita del país entero de su normalidad cotidiana.
Millones de ciudadanos pasaron de estar trabajando, comiendo, haciendo tareas o viajando… a quedarse completamente paralizados, sin saber qué ocurría ni cuánto duraría.

“A las 12:30 estábamos todos haciendo vida normal. Al principio pensé que el corte era solo en mi casa. Luego vi que afectaba a mi calle, a mi barrio… hasta que entendí que era toda mi ciudad. Y no solo pasó en Barcelona, sino en Madrid, Valencia, Andalucía o la comunidad autónoma que seas. Me enteré por mensajes sueltos que me llegaban al móvil. El apagón fue total. No podías pagar nada. Si no tenías efectivo, eras literalmente pobre durante horas. Fue un golpe de realidad brutal.”

— Testimonios de un ciudadano afectado.

Las consecuencias se sintieron en cada rincón del país:

  • Familias incomunicadas.

  • Supermercados y farmacias cerrados o inoperativos.

  • Dispositivos desconectados y sin posibilidad de recarga.

  • Personas atrapadas en medios de transporte.

  • Caos en oficinas, hogares, colegios y empresas.

Y lo más preocupante: nadie sabía cuánto iba a durar ni qué estaba pasando realmente.

¿Por qué ocurrió este apagón?

Las investigaciones siguen su curso, pero todo apunta a un fallo estructural en la red eléctrica nacional, que provocó un efecto dominó a lo largo de todo el sistema. Algunas teorías apuntan a un error técnico, otras a una sobrecarga crítica o incluso a un ataque externo cibernético, aunque este último punto no ha sido confirmado.

Lo que sí está claro es que:

  • El sistema eléctrico nacional es vulnerable.

  • No existen planes de contingencia a nivel ciudadano.

  • Y nuestra vida digital y financiera depende 100% de la electricidad.

Una experiencia compartida por todo un país

Aunque cada persona vivió el apagón de manera diferente, todos compartimos las mismas sensaciones: desconcierto, impotencia, dependencia, y en muchos casos, miedo.

“En mi caso, no pude ni avisar a mis padres. Estaban en otra ciudad, sin luz también. Y yo sin batería, sin cobertura, sin nada. Me sentí completamente aislada. Fue una sensación horrible.”

— Teresa, 32 años

“Yo tenía cita médica y me la cancelaron. Ni funcionaba el ordenador de la consulta ni el sistema de reservas. El médico me atendió con papel y boli. Volvimos treinta años atrás.”

— Pedro, 47 años

Este no fue un problema de una ciudad o de una zona. Fue un suceso nacional. Todos lo sentimos. Todos nos dimos cuenta, por primera vez, de lo frágil que es nuestra comodidad diaria.

¿Estamos preparados para que vuelva a suceder?

La respuesta es simple: no.

El apagón dejó claro que, como sociedad:

No sabemos cómo actuar sin luz.

No tenemos recursos alternativos en casa.

Dependemos del 100% de la tecnología para comunicarnos, trabajar, pagar y vivir.

El sistema energético español —como en muchos otros países europeos— está basado en una infraestructura que no está preparada para fallos masivos. Y si lo está, los ciudadanos no tenemos acceso ni conocimiento sobre cómo protegernos.

Cómo protegerse ante un futuro apagón

Después de lo vivido, es evidente que necesitamos soluciones prácticas.
No hablamos de paranoia ni de alarmismo, sino de prevención responsable.

Estas son algunas acciones reales que puedes tomar para estar más protegido:

  • Tener efectivo en casa para poder pagar si los TPV no funcionan.

  • Contar con una radio portátil para informarte en caso de corte de comunicaciones.

  • Preparar un kit de emergencia doméstico (agua, linternas, pilas, medicinas, cargadores).

  • Y sobre todo, disponer de un SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) que mantenga activos dispositivos esenciales durante varias horas.

Un SAI puede darte luz básica, mantener el router operativo, cargar el móvil, o mantener tu nevera encendida hasta que vuelva el suministro.
No es un lujo. Es protección.

Conclusión: la fragilidad de lo que dábamos por hecho

El apagón del 28 de abril nos ha mostrado una verdad incómoda:

Vivimos confiados en una infraestructura que no controlamos. Y cuando falla, todo lo que conocemos se desmorona. No importa en qué comunidad vivas. No importa si tienes buena cobertura o buena conexión.

  • Si mañana vuelve a pasar, ¿estarás preparado?

Ahora es el momento de informarse, prepararse y protegerse. Porque la próxima vez puede ser peor. Y porque ya no podemos decir que no sabíamos que esto podía ocurrir.

Carrito de compra